...imagine...

Imagínate por un momento que es tu cumpleaños. Es muy posible que no lo sea, pero sólo te pido que te lo imagines. Te despiertas por la mañana y sabes que es un día especial. Hay como un cosquilleo dentro de ti que te dice que hoy es diferente, que vas a sonreír más, vas a mirar las cosas de otro modo y vas a pasar más de los problemas “porque hoy es tu día”.

Te sientes bien, aunque igual eso de cumplir años te haga replantearte algunas cosas, es un día en el que parece que lo que deseas se puede cumplir. Que alguien te ha otorgado un poco de magia y te sientes mejor.

Necesito que dejes atrás tus prejuicios y que pienses en el día de tu cumple como lo veías de pequeño. Un gran día de emociones, de cosas increíbles, en el que ves a tu familia y se juntan gracias a ti, en el que cada regalo es mejor que el anterior.

Y en realidad, ¿qué tiene ese día de diferente? Además de los regalos, de la fiesta familiar, de los tirones de oreja y de que te canten el “cumpleaños feliz” no hay nada que haga que ese día sea diferente que el resto. Sólo una cosa: tu actitud.

Tú eres el que decides que hoy vas a sonreír más, tu eres el/la que estas más amable, tu eres quien ve las cosas que le rodean de un modo diferente.

Sé que es difícil que todos los días sean tu cumpleaños, pero si dentro de nosotros guardamos toda esa ilusión y esas ganas de pasarlo bien, esa emoción que nos acompaña desde que somos pequeños, ¿por qué no dejar que salga más a menudo? Un día no es mejor a otro porque te levantes con un pie u otro, un día es mejor simplemente porque tú decides cómo lo vas a afrontar: si vas a dejar que un día de lluvia te ponga triste o, por el contrario, si te calzarás tus botas de agua y saltarás en los charcos.

De ti depende.

Por cierto: feliz no-cumpleaños!!