domingo, 15 de noviembre de 2009

...tarde o temprano, tendrás que ir

Hoy quiero hablar de ese universo paralelo (y para-lelas) que se establece en bastantes puntos de la geografía madrileña en particular, y española en general. Quiero hablar… de las consultas médicas (ahora debería sonar una música inquietante, pero no había presupuesto, así que debéis colaborar un poco e imaginarla).

Las consultas médicas, ese lugar dónde parece que nadie se conoce, pero todo el mundo habla con los demás; donde siempre te encuentras a algún amigo o vecina o conocido; donde las señoras mayores se empeñan en mirar una y otra vez la lista de espera como si fuera a cambiar o desaparecer; donde más de un joven ha sufrido un aneurisma cerebral cuando un señor se ha puesto a echarle la bronca por no cederle el puesto y se pone a dar una disertación a la sala de espera sobre la juventud y sus modales (antes de fijarse en que el joven lleva muletas y media pierna escayolada).

Analicemos un poco más a fondo este extraño lugar. Lo primero que normalmente sueles encontrar (al menos yo es lo primero que veo) es ese lugar llamado ‘Recepción’, en el que supuestamente unas amables señoritas están para facilitarte los trámites a la hora de pedir cita con tu médico o especialista. Por mucho que busco en diccionarios y enciclopedias, en ningún sitio encuentro donde recepción signifique: lugar donde unas ‘amables’ señoritas se escaquean del trabajo, se van a tomar café o al baño cada 10 minutos, nunca cogen el teléfono y procuran volverte loco. Creo que cobran un plus por cada vez que suena el teléfono y no lo descuelgan (no está confirmado, pero si teclean los datos mal en el ordenador también les dan más dinero).

Pero lo que ocurre en la recepción no tiene nada que ver cuando llegas a la zona donde está la consulta de tu médico/enfermera. Nunca intentes pasar desapercibido, porque no podrás. Las señoras mayores huelen el miedo… el miedo que experimentas cuando te sientas a su lado y descubres que, en efecto, no te va a dejar leer, ni oír música, ni quedarte dormido o simplemente, sentarte tranquilamente y esperar a que te toque. ¡NO! Ella está allí para informarte de que tiene hora a las 12 menos diez, pero ha ido media hora antes por si acaso. Te va a contar qué le pasa, cuánto tiempo lleva esperando y si se siente bien o mal. Se levantará, mirará la lista; y cada vez que llegue alguien le preguntará su nombre y le buscará en la lista.

Y cuando crees que todo ha pasado, que está a punto de pasar a consulta… comienza su ronda de preguntas a ti. Por qué estas allí, qué lees, qué escuchas, qué miras, qué te pasa… No intentes huir, no intentes no contestarla, porque no te dejará en paz hasta que no tenga toda la información que necesita. 007 es un aficionado comparado con ellas, aun no se sabe dónde se forman para conseguir obtener tanta información, pero la policía nacional está pensando en incorporarlas a la hora de interrogar a los sospechosos. Yo por suerte, puedo estar aquí contando esto, pero hay muchos que no han conseguido esquivarlas y aun tienen pesadillas.



Así que la próxima vez que te vayas a poner malo, piénsatelo dos veces. Porque ellas nunca descansan.

1 comentario:

  1. Querida...¿sabes lo que me pasó a mi? ¡¡ME HAN SUPLANTADO LA IDENTIDAD!! Sí, sí, esas recepcionistas tan majas me dijeron que hay OTRA con mi nombre y mi DNI...¿a que mola? Fue lo más interesante de mi última visita al médico...por lo menos lo que se puede contar, el resto prefiero olvidarlo, aun estoy en tratamiento y mi psiquiatra dice que no es bueno hablar de ello...

    Como siempre, genial peque!

    Un besote enoooorrrrrrme

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